Porteo, ¡sí!, pero del bueno

Cada vez está más extendido el porteo en nuestro país. Vamos descubriendo poco a poco los beneficios de llevar a nuestros pequeños pegados al cuerpo desde los primeros minutos de vida. Nos resulta casi habitual al caminar por la calle cruzarnos en nuestro camino a algún padre o madre con el niño «colgado» de un portabebés. Es en ese instante cuando mis sentimientos se encuentran: ternura, alegría, rabia, dolor, indecisión… y me llevan a escribir este post.

Como madre que he porteado desde el nacimiento de mi hija (que tiene ahora 11 meses) y también como asesora de portabebés lo más importante para mí es enfatizar en que NO TODO VALE. Al portear hemos de pensar en la salud del bebé y de los adultos que lo llevan. Es una actividad que es muy cómoda y saludable, pero debe estar adaptada a las circunstancias personales de cada uno. En ocasiones ocurre que, debido a intereses comerciales, esta personalización no se produce y es cuando pueden surgir los problemas.

SIEMPRE hay que pedir un asesoramiento de calidad, ofrecido por una persona formada, que se adapte a nuestras características personales y que justifique su elección con conocimiento y experiencia.

A continuación comento algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un portabebé:

– Debe resultarnos cómodo al tenerlo puesto (ergonómico). Si nos molesta en alguna parte, no está bien colocado o no es un portabebés adecuado para nosotros.

– Debe respetar el desarrollo fisiológico del bebé: la posición en la que se encuentra es fundamental. Siempre mirando al que le lleva y con la posición de «ranita» o en «eme» de las piernas.

– No siempre lo más caro es lo mejor.

– Personalización: el mismo portabebé no sirve para todas las personas. Siempre recomiendo: buscar, probar, preguntar y comparar.

Disfrutemos de nuestros pequeños con salud. Elegid el porteo ergonómico, es natural  y saludable.